La sentencia sobre los sacerdotes.
“ Y vino un varón de Dios a Elí, y le dijo: Así a dicho Jehová: ¿ No me manifesté yo claramente a la casa de tu padre, cuando estaban en Egipto en casa de Faraón?. Y yo escogí por mi sacerdote entre todas las tribus de Israel, para que ofreciese sobre mi altar, y quemase incienso, y llevase efod delante de mí, y di a la casa de tu padre todas las ofrendas de los hijos de Israel. ¿ Porque habéis hollado mis sacrificios y mis ofrendas, que yo mande ofrecer en el tabernáculo; y has honrado a tus hijos mas que a mí, engordandoos de los principal de todas las ofrendas de mi pueblo Israel? Por tanto. Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová el Dios de Israel; nunca yo tal haga, porque yo honrare a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco. He aquí, vienen días en que cortare tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de modo que no haya anciano en tu casa.......” 1ª de Samuel 2:27-34
En la lectura que inicia este articulo se nos cuenta de un profeta anónimo que fue donde Elí con un mensaje terrible. Este hombre desconocido llevó una asombrosa profecía, que tiene mucho que ver con lo que vemos en la iglesia de hoy. ¡Es una palabra que revela mucho acerca de la sequedad e impiedad entre los ministros e iglesias que ahora mismo están en operación!. El profeta anónimo le dice a Elí: “He aquí, vienen días en que cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de modo que no haya anciano en tu casa.” (1ª Samuel 2:31). ¡Él esta describiendo una maldición sobre el ministerio de Elí!
Primero, el profeta habla acerca del ministerio vigente; un sacerdocio interesado en sus propios intereses, deslizado y comprometido. Él describe a esos sacerdotes que son del espíritu de Elí, mencionando dos cosas:
1. - Tales sacerdotes (ministros) complacen más a la gente que a Dios: “Habéis hollado mis sacrificios y mis ofrendas,… y has honrado a tus hijos más que a mí…” (1ª Samuel 2: 29).
¡Elí era suave con el pecado! Él nunca tomo una decisión que pudiera ofender a sus dos hijos. Solo una vez los corrigió Elí en más de cincuenta años de ministerio. Ellos estaban cometiendo adulterio, y cometiendo muchos actos viles. Aun así, todo lo que Elí podía decirles era, ¿Por qué hacen esto? ¡Este hombre no tenia ninguna indignación frente al comportamiento de sus hijos!. Él nunca compartió la ira de Dios y su odio hacia el pecado. Y él representa un sacerdocio de ministros que temen reprender a la familia de Dios, a la congregación. Existen iglesias hoy en día a las cuales puedes asistir durante un año y sin embargo nunca escucharás una palabra de reprensión, una iglesia puede estar totalmente corrompida, la mitad de la congregación divorciándose, adulterio galopante, los adolescentes acostándose unos con otros y los niños revoltosos. La congregación entera puede estar entregada al placer, los deportes, el entretenimiento, ¡pero nunca viene una palabra de corrección desde el púlpito! Todo lo contrario, el pastor atiende las debilidades y antojos de la gente. Él teme ofender a alguien, teme que la ofrenda disminuya y él pierda sus ingresos. Esta es la primera característica del ministerio malvado que se está desarrollando en el alma de Elí. ¡Y es la marca de cada sacerdocio en función hoy en día!
2. - Ellos sirven a sus propias necesidades y comodidades en vez de entregarse a las necesidades del rebaño.
“…Engordandoos de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo…” (1ª Samuel 2:29).
Cuando el pueblo llevaba la ofrenda de carne al sacerdote, ésta debía ser echada en la caldera ardiendo para ser hervido. Después, el sacerdote entraba un tenedor de tres ganchos en la caldera, y lo que saliera con el gancho estaba destinado para su mesa.
Pero los dos hijos de Elí no querían la carne hervida y empapada. ¡Ellos querían el filete rojo y crudo!. Y así le llevaban los mejores cortes a su padre, no hubo carne empapada en su mesa. Así fue como Elí se puso gordo, vago y descuidado, si él trataba con sus hijos, ¡podía perder su filete!
Elí estaba preocupado con sus propios intereses, su propia mesa. Y eso es lo que esta pasando en muchas iglesias moribundas hoy, los predicadores solo están interesados en su propia comodidad, en cuidarse de sí mismos, en vez de pasar su tiempo de rodillas por el bien del pueblo. El profeta estaba diciendo, “Tu estás absorto en lo tuyo, Elí” ¡acomodando tu propio nido! Para ti, el ministerio no significa nada más que comida en tu mesa y seguridad para ti y tu familia. Realmente no te importa el rebaño, estas más interesado en lo que pones en tu mesa que en lo que entra al corazón del pueblo. Nunca consideras que la gente observa a tus hijos, que se roban la mejor carne. Eres suave con el pecado, temeroso para reprochar, porque estas consumido con cosas que te hacen vivir cómodo.
¡El profeta pronuncia tres juicios terribles sobre este sacerdocio! Cada llamado ministro que es de la simiente de Elí (suave con el pecado), preocupado solo por si mismo conocerá tres juicios:
1. - La pérdida de todo poder y autoridad espiritual.
“…Y los que me desprecian serán tenidos en poco. He aquí, vienen días en que cortare tu brazo (fuerza), y el brazo de la casa de tu padre…” (1ª Samuel 2:30-31).
¡El ser “tenido en poco” por el Señor significaba la pérdida del favor y la bendición de Dios!, significaba falta de impacto en el reino de Satanás. Tal ministro puede ser estimado por los demás, ¡pero a los ojos de Dios, uno sobre el cual él no pone su confianza! Dios dijo, “Tú me desprecias al no predicar mi consejo completo. Tú no eres un hombre de oración, no estas preocupado por mi pueblo, sino que por tú éxito y tú reputación. Tú solo quieres asegurarte que tienes una muchedumbre. Has tenido en poco mi Palabra - ¡y ahora yo te voy a tener en poco! Vete por tu camino, has tus propias obras. ¡Eres tomado en poco ante mis ojos!”
Este corte de la unción de Dios entrega al sacerdocio de Elí a programas desbandados, obras de la carne que solo se ven bien. Todo suena como obras importantes al reino. ¡Pero Dios se niega a tocarlas! Es simplemente actividad religiosa, ¡ministerios tenidos en poco, tomados por ministros tenidos en poco!
2. - Ellos serán pasados por alto por la verdadera unción y bendición de Dios en los últimos días.
“Veras tu casa humillada, mientras Dios colma de bienes a Israel....” (1ª Samuel 2:32)
En otras palabras: “Cuando yo escoja el tiempo para derramar mi Espíritu, ¡estarás de pies sobre las ruinas!” Y eso es exactamente lo que esta sucediendo hoy en día: ¡Predicadores están de pies en iglesias que están muertas, secas y en ruinas! Dios les ha dicho, “¡Yo te pasaré por alto!”
Este sacerdocio estará de pies entre las ruinas mientras Dios bendice y unge a otro sacerdocio - ¡hombres de Dios que han pagado el precio! Ahora mismo, en estos últimos días, su unción esta cayendo sobre aquellos quienes han entregado sus vidas a él. El Espíritu Santo está tomando a estos hombres de oración y valientes. Pero aquellos de la simiente de Elí están siendo sobrepasados, ¡dejados para que jueguen sus juegos de iglesia!
Dios está diciendo, en esencia, “A pesar de todo lo que hago, ¡no veras el bien! Tú no serás parte de mi santo remanente de los últimos días. Eres tenido en poco - ¡y seguirás en tu ministerio sin ninguna autoridad espiritual!”
3. - Perderán el toque de Dios en la flor de su vida.
“…Y todos los nacidos de tu casa morirán en la edad viril.” (1ª Samuel 2:33).
Este versículo es tomado en dos formas. Primero, se cumplió literalmente cuando Saúl envió a Doeg a Nob a matar a ochenta y cinco de los sacerdotes que eran de la simiente de Elí. Pero el versículo también tiene una aplicación espiritual: Esta diciendo que este sacerdocio se verá bien hasta cierto punto. Los ministros estarán muy activos y ocupados. Pero justo al punto cuando deben verse mejor, llenos de energía, poder, sabiduría y santidad, listos para ser usados aun más, tomará lugar una muerte espiritual. ¡Dios los va a dejar! ¡Ellos se quedarán de pies ante la gente como hombres muertos, mientras están en la flor de sus vidas!
Quizás, todavía la más trágica de todas las profecías dadas por este anónimo, hombre de Dios, ¡es que este sacerdocio deslizado y comprometido nunca será cortado de los altares de Dios! Este ministerio malo continuará hasta el mismo fin: “El varón de los tuyos que yo no corte de mi altar, será para consumir tus ojos y llenar tu alma de dolor;…” (Verso 33).
¡Dios no los cortará! Hombres muertos, comprometidos, y sin espíritu, van a existir hasta el ultimo día, cuando el Señor regrese. Pero Dios dice, “Qué doloroso va a ser. ¡Ellos serán la causa de mucho gemir!”
¡El sacerdocio de Elí aún existe en la actualidad! Pero Dios dice a los de esa clase, “Ve, haz lo tuyo. ¡Te tengo en poca estima!”. Pero si nosotros hemos entendido el propósito de Dios para nuestras vidas no nos quedaremos muy quietos viendo como nuestros hijos y el pueblo se pierde en el pecado sino con mucha fuerza y valentía de Dios, al pecado le llamaremos pecado sin considerar las congratulaciones con los hombres ni con nadie porque debemos recordar que un día no muy lejano Dios nos pedirá cuentas sobre nuestra mayordomía y como cumplimos nuestro sacerdocio en este mundo, porque hemos sido llamados por Dios como “...real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios...” (1ª Pedro 2:9). Dios nos ayude a cumplir y no sea cosa que venga otro y tome nuestro lugar o nuestra corona y tengamos que lamentar las tristes consecuencias que tuvieron los hijos de Elí por haber profanado los atrios de Jehová y la horrorosa muerte que tuvo este sacerdote llamado Elí (1ª Samuel 4:18). y solo por no haber corregido a tiempo el comportamiento de sus hijos o de su propia congregación.
Dios nos bendiga
En la lectura que inicia este articulo se nos cuenta de un profeta anónimo que fue donde Elí con un mensaje terrible. Este hombre desconocido llevó una asombrosa profecía, que tiene mucho que ver con lo que vemos en la iglesia de hoy. ¡Es una palabra que revela mucho acerca de la sequedad e impiedad entre los ministros e iglesias que ahora mismo están en operación!. El profeta anónimo le dice a Elí: “He aquí, vienen días en que cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de modo que no haya anciano en tu casa.” (1ª Samuel 2:31). ¡Él esta describiendo una maldición sobre el ministerio de Elí!
Primero, el profeta habla acerca del ministerio vigente; un sacerdocio interesado en sus propios intereses, deslizado y comprometido. Él describe a esos sacerdotes que son del espíritu de Elí, mencionando dos cosas:
1. - Tales sacerdotes (ministros) complacen más a la gente que a Dios: “Habéis hollado mis sacrificios y mis ofrendas,… y has honrado a tus hijos más que a mí…” (1ª Samuel 2: 29).
¡Elí era suave con el pecado! Él nunca tomo una decisión que pudiera ofender a sus dos hijos. Solo una vez los corrigió Elí en más de cincuenta años de ministerio. Ellos estaban cometiendo adulterio, y cometiendo muchos actos viles. Aun así, todo lo que Elí podía decirles era, ¿Por qué hacen esto? ¡Este hombre no tenia ninguna indignación frente al comportamiento de sus hijos!. Él nunca compartió la ira de Dios y su odio hacia el pecado. Y él representa un sacerdocio de ministros que temen reprender a la familia de Dios, a la congregación. Existen iglesias hoy en día a las cuales puedes asistir durante un año y sin embargo nunca escucharás una palabra de reprensión, una iglesia puede estar totalmente corrompida, la mitad de la congregación divorciándose, adulterio galopante, los adolescentes acostándose unos con otros y los niños revoltosos. La congregación entera puede estar entregada al placer, los deportes, el entretenimiento, ¡pero nunca viene una palabra de corrección desde el púlpito! Todo lo contrario, el pastor atiende las debilidades y antojos de la gente. Él teme ofender a alguien, teme que la ofrenda disminuya y él pierda sus ingresos. Esta es la primera característica del ministerio malvado que se está desarrollando en el alma de Elí. ¡Y es la marca de cada sacerdocio en función hoy en día!
2. - Ellos sirven a sus propias necesidades y comodidades en vez de entregarse a las necesidades del rebaño.
“…Engordandoos de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo…” (1ª Samuel 2:29).
Cuando el pueblo llevaba la ofrenda de carne al sacerdote, ésta debía ser echada en la caldera ardiendo para ser hervido. Después, el sacerdote entraba un tenedor de tres ganchos en la caldera, y lo que saliera con el gancho estaba destinado para su mesa.
Pero los dos hijos de Elí no querían la carne hervida y empapada. ¡Ellos querían el filete rojo y crudo!. Y así le llevaban los mejores cortes a su padre, no hubo carne empapada en su mesa. Así fue como Elí se puso gordo, vago y descuidado, si él trataba con sus hijos, ¡podía perder su filete!
Elí estaba preocupado con sus propios intereses, su propia mesa. Y eso es lo que esta pasando en muchas iglesias moribundas hoy, los predicadores solo están interesados en su propia comodidad, en cuidarse de sí mismos, en vez de pasar su tiempo de rodillas por el bien del pueblo. El profeta estaba diciendo, “Tu estás absorto en lo tuyo, Elí” ¡acomodando tu propio nido! Para ti, el ministerio no significa nada más que comida en tu mesa y seguridad para ti y tu familia. Realmente no te importa el rebaño, estas más interesado en lo que pones en tu mesa que en lo que entra al corazón del pueblo. Nunca consideras que la gente observa a tus hijos, que se roban la mejor carne. Eres suave con el pecado, temeroso para reprochar, porque estas consumido con cosas que te hacen vivir cómodo.
¡El profeta pronuncia tres juicios terribles sobre este sacerdocio! Cada llamado ministro que es de la simiente de Elí (suave con el pecado), preocupado solo por si mismo conocerá tres juicios:
1. - La pérdida de todo poder y autoridad espiritual.
“…Y los que me desprecian serán tenidos en poco. He aquí, vienen días en que cortare tu brazo (fuerza), y el brazo de la casa de tu padre…” (1ª Samuel 2:30-31).
¡El ser “tenido en poco” por el Señor significaba la pérdida del favor y la bendición de Dios!, significaba falta de impacto en el reino de Satanás. Tal ministro puede ser estimado por los demás, ¡pero a los ojos de Dios, uno sobre el cual él no pone su confianza! Dios dijo, “Tú me desprecias al no predicar mi consejo completo. Tú no eres un hombre de oración, no estas preocupado por mi pueblo, sino que por tú éxito y tú reputación. Tú solo quieres asegurarte que tienes una muchedumbre. Has tenido en poco mi Palabra - ¡y ahora yo te voy a tener en poco! Vete por tu camino, has tus propias obras. ¡Eres tomado en poco ante mis ojos!”
Este corte de la unción de Dios entrega al sacerdocio de Elí a programas desbandados, obras de la carne que solo se ven bien. Todo suena como obras importantes al reino. ¡Pero Dios se niega a tocarlas! Es simplemente actividad religiosa, ¡ministerios tenidos en poco, tomados por ministros tenidos en poco!
2. - Ellos serán pasados por alto por la verdadera unción y bendición de Dios en los últimos días.
“Veras tu casa humillada, mientras Dios colma de bienes a Israel....” (1ª Samuel 2:32)
En otras palabras: “Cuando yo escoja el tiempo para derramar mi Espíritu, ¡estarás de pies sobre las ruinas!” Y eso es exactamente lo que esta sucediendo hoy en día: ¡Predicadores están de pies en iglesias que están muertas, secas y en ruinas! Dios les ha dicho, “¡Yo te pasaré por alto!”
Este sacerdocio estará de pies entre las ruinas mientras Dios bendice y unge a otro sacerdocio - ¡hombres de Dios que han pagado el precio! Ahora mismo, en estos últimos días, su unción esta cayendo sobre aquellos quienes han entregado sus vidas a él. El Espíritu Santo está tomando a estos hombres de oración y valientes. Pero aquellos de la simiente de Elí están siendo sobrepasados, ¡dejados para que jueguen sus juegos de iglesia!
Dios está diciendo, en esencia, “A pesar de todo lo que hago, ¡no veras el bien! Tú no serás parte de mi santo remanente de los últimos días. Eres tenido en poco - ¡y seguirás en tu ministerio sin ninguna autoridad espiritual!”
3. - Perderán el toque de Dios en la flor de su vida.
“…Y todos los nacidos de tu casa morirán en la edad viril.” (1ª Samuel 2:33).
Este versículo es tomado en dos formas. Primero, se cumplió literalmente cuando Saúl envió a Doeg a Nob a matar a ochenta y cinco de los sacerdotes que eran de la simiente de Elí. Pero el versículo también tiene una aplicación espiritual: Esta diciendo que este sacerdocio se verá bien hasta cierto punto. Los ministros estarán muy activos y ocupados. Pero justo al punto cuando deben verse mejor, llenos de energía, poder, sabiduría y santidad, listos para ser usados aun más, tomará lugar una muerte espiritual. ¡Dios los va a dejar! ¡Ellos se quedarán de pies ante la gente como hombres muertos, mientras están en la flor de sus vidas!
Quizás, todavía la más trágica de todas las profecías dadas por este anónimo, hombre de Dios, ¡es que este sacerdocio deslizado y comprometido nunca será cortado de los altares de Dios! Este ministerio malo continuará hasta el mismo fin: “El varón de los tuyos que yo no corte de mi altar, será para consumir tus ojos y llenar tu alma de dolor;…” (Verso 33).
¡Dios no los cortará! Hombres muertos, comprometidos, y sin espíritu, van a existir hasta el ultimo día, cuando el Señor regrese. Pero Dios dice, “Qué doloroso va a ser. ¡Ellos serán la causa de mucho gemir!”
¡El sacerdocio de Elí aún existe en la actualidad! Pero Dios dice a los de esa clase, “Ve, haz lo tuyo. ¡Te tengo en poca estima!”. Pero si nosotros hemos entendido el propósito de Dios para nuestras vidas no nos quedaremos muy quietos viendo como nuestros hijos y el pueblo se pierde en el pecado sino con mucha fuerza y valentía de Dios, al pecado le llamaremos pecado sin considerar las congratulaciones con los hombres ni con nadie porque debemos recordar que un día no muy lejano Dios nos pedirá cuentas sobre nuestra mayordomía y como cumplimos nuestro sacerdocio en este mundo, porque hemos sido llamados por Dios como “...real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios...” (1ª Pedro 2:9). Dios nos ayude a cumplir y no sea cosa que venga otro y tome nuestro lugar o nuestra corona y tengamos que lamentar las tristes consecuencias que tuvieron los hijos de Elí por haber profanado los atrios de Jehová y la horrorosa muerte que tuvo este sacerdote llamado Elí (1ª Samuel 4:18). y solo por no haber corregido a tiempo el comportamiento de sus hijos o de su propia congregación.
Dios nos bendiga
CANDELERO.